Hemos hablado con Adrián Rodríguez, un jovencísimo piloto de motociclismo, pero con una madurez digna de todo un campeón, sobre su vida deportiva y su reciente incorporación como embajador de la marca Kinesia.
¿Cómo te dio por este deporte?
A mi padre le gustaban las motos y yo veía siempre las carreras de Moto GP en casa con él. Con un año y medio me compró un Quad pequeño de gasolina y montaba con él. A los tres años me trajeron los Reyes Magos mi primera mini moto y mi padre me empezó a enseñar a llevarla, pero no fue hasta los seis años que me apuntaron a una escuela de motociclismo donde empecé a destacar y ahí comenzó mi andadura en la competición.
Cuéntanos un poco cómo ha sido tu carrera deportiva
En 2014 desde los seis a los siete años comencé a competir en la categoría de mini motos, en el campeonato de Cuna de Campeones a nivel nacional, donde quedé entre los diez mejores de España.
En 2015 desde los siete a los ocho años cambié de categoría, a una donde ya la moto era con marchas, la Mini Gp 110, en ella quedé subcampeón del Campeonato de Castilla y León.
En 2016 desde los ocho a los nueve años volví a cambiar de categoría, esta vez a la mini GP 140 con llanta 12. Aunque no me correspondía por edad, ya que podía seguir en 110, decidí hacerlo, a pesar de mi corta edad. Ese año me aventuré a participar en dos campeonatos: el Nacional de Cuna de Campeones donde quedé cuarto y el Campeonato de Castilla y León donde volví a quedar subcampeón.
En 2017 desde los nueve a los diez años comenzó mi andadura con moto grande, Moto 5 de cilindrada 220 en circuitos mundialistas. A pesar de que todo era nuevo para mí, conseguí ser el quinto mejor de España entre veintidós pilotos.
En 2018 volví a repetir categoría Moto 5 decidido a estar en lo más alto, de hecho en la primera carrera hice la pole y estuve en cabeza luchando para conseguir quedar cuarto, pero en la segunda carrera cambiaron los motores a mayor cilindrada (250cc) y mi motor no fue bien desde entonces, teniendo muchísimos problemas mecánicos durante toda la temporada y teniendo que conformarme con una octava posición en el campeonato.
En 2019 desde los once años hasta ahora, se han interesado por mí varios equipos y he decidido participar en el Campeonato de España de velocidad (ESBK Cetelem) en la categoría de Promo 3 donde ya el fin de semana del 14 de Abril se realizó la primera carrera en el circuito de Jerez y ha comenzado el ilusionante proyecto con mi actual equipo Team WRB MIR, donde puedo demostrar después de un buen trabajo conjunto, que este año puede ser muy bueno y puedo luchar por estar en lo más alto.
¿Qué aspiraciones deportivas tienes a medio plazo?
Con este ilusionante proyecto y la gran oportunidad que me han dado en este difícil deporte, mi mayor aspiración es dar lo mejor de mí, trabajando duro esta temporada y demostrando a mi equipo mi valía, llegando lo más alto posible, para tener la oportunidad de correr el campeonato EUROPEAN TALENT CUP para la temporada que viene, campeonato con un altísimo nivel que me permitirá ir avanzando en mi carrera deportiva.
¿Cuál es el momento de tu vida deportiva que recuerdas con más cariño?
Sin duda es la primera carrera que gané en la categoría de 110. El quedar en primera posición y subir a lo más alto del cajón es una sensación que no olvidaré nunca.
¿Qué te aporta Kinesia como deportista?
Es una gran relación. El entrenamiento en el centro, junto con la preparación sobre la moto es la combinación perfecta para poder estar al cien por cien en el prestigioso campeonato ESBK Cetelem (Campeonato de España de velocidad) y todo ese esfuerzo es lo que me va a ayudar a estar a la altura y conseguir mi sueño.
¿A qué te dedicas cuando no estás subido a la moto? (Hobbies, trabajo, familia…)
Lo primero y más importante a mis estudios, luego como aficiones monto en bici, salgo a correr, voy al gimnasio, juego a la videoconsola y también disfruto con mi familia cuando me queda tiempo.
¿Cómo sacas tiempo para estudiar? ¿Qué te dicen tus compañeros de colegio? ¿Cómo lo llevan los profesores ¿y tus padres?
Intento hacer todos los deberes posibles en clase y en casa estudio, aunque este año en el instituto es más complicado. Mis compañeros me preguntan mucho, cosas como dónde corro, a qué velocidad voy, cuántos caballos tiene la moto y si me he caído o me he roto algo. Los profesores creo que desconocen exactamente el nivel deportivo al que me encuentro, así que se me hace complicado compatibilizar estudios y carreras.
Mis padres, sin duda, son los que más luchan y sufren, tienen que buscar continuamente patrocinadores para que yo pueda correr, debido a lo costoso que es este deporte, sin patrocinadores sería imposible correr. A esto hay que añadirle el sufrimiento que pasan por tratarse de un deporte de alto riesgo y los desplazamientos continuos o bien por carreras o bien por entrenamiento en circuitos que están fuera de mi comunidad. Para ellos es una dedicación total y digna de mención. Sin su apoyo mi sueño no sería posible.